¿Entregar la vida por nuestros hermanos?
En esto conocemos lo que es el amor:
en que Jesucristo entregó su vida por nosotros.
Así también nosotros
debemos entregar la vida por nuestros hermanos.
1 de Juan 3:16
Amados hermanos, es un gozo poder escribirles y contarles como van las cosas por acá.
Nuestro Regreso
Cuando regresamos, en septiembre del año pasado, nos volvimos a maravillar de ver cómo Dios respondió oraciones, movió corazones y confirmó una vez mas que Él era quien nos traía de vuelta para continuar sirviendo entre los Nakanai. Siempre es un deleite, y probablemente una necesidad, saber que es la voluntad de Dios que estemos acá. Esos detalles son evidencias tangibles que nos fortalecen en tiempos de dificultad. Algunos de ustedes contribuyeron de maneras especiales para nuestras necesidades, nos empacaron muchos besos y abrazos y nos mandaron con la bendición de sus oraciones. Verdaderamente nos gozamos por el hermoso cuerpo de Cristo, y nos consideramos privilegiados de ser una extension de él en el lugar donde servimos.
Solo nos tomó un poco más de una semana llegar... uff!
Ahora bien, quisiéramos decirles que todo progresa favorablemente y sin obstáculos. Probablemente esa es la perspectiva divina, sin embargo desde aquí abajo las cosas se perciben diferente. Estamos sin lugar a dudas en un ambiente hostil, donde poco de lo que hacemos es apreciado o valorado. Hemos agotado las provisiones de abrazos con las que nos enviaron, y en tiempos nos hemos sentido solos y desanimados. Ciertamente, la batalla por el gozo es una de las más fuertes que enfrentamos en el campo. Aveces la ganamos y otras veces nos encontramos contemplando las maletas. No, aún no llegamos a ser perfectos, cómo bien lo dijo Pablo; sin embargo en todo tiempo la gracia y la misericordia de Dios ha abundado y nos ha sostenido. Por eso continuamos esforzándonos y proseguimos a la meta.
Perspectiva desde abajo
Aunque la obra entre los Nakanai comenzó hace más de 15 años, aun no hay una iglesia madura que funcione de manera autónoma con sus lideres, pastores y maestros; sino una misión que depende en gran parte del cuidado y la dirección de los misioneros. Es por eso que uno de los objetivos más importantes que tenemos es discipular y capacitar a los creyentes, para que ellos continúen con el trabajo de cuidar y pastorear a la iglesia y de anunciar el evangelio a otros.
Ella es mama Philly, una de las primeras creyentes Nakanai.
Una de las cosas que más nos llena de gozo es enseñar a los niños la Palabra de Dios. Cada domingo Dios nos envía entre 30 a 50 niños. Dios ha permitido a Claudia capacitar a una creyente Nakanai para enseñar, su nombre es Darline; y estamos orando para que Él ponga en el corazón de algunos más el deseo de servir en esta area. Cada semana, ellas dos se reúnen para estudiar. Aunque las clases son para niños, queremos que Darline aprenda a sacar la enseñanza directamente de la Biblia y no depender de una lección prediseñada, que sea capaz de discernir errores y encontrar verdades. Ella ha sido una excelente alumna, y Dios la está usando para bendición de otros de muchas maneras. Dada la cantidad de niños y la diferencia de edades, hemos decidido dividirlos en dos clases. La meta es que la iglesia Nakanai sea la que este a cargo de la enseñanza de sus niños, pero todavía no hay más manos levantadas para a servir.
Darline está a la izq. Terminamos desde Génesis hasta Hechos y comenzamos otra vez.
Isaac ha estado trabajando con los varones. Se reúne con 6 de ellos entre semana para estudiar lo que se enseñará cada domingo y para tratar asuntos de la iglesia. Actualmente están estudiando y compartiendo del libro de Hechos. Estos hombres están en entrenamiento para alimentar, cuidar, servir y dirigir a la iglesia. Ademas de un estudio general, Isaac tiene la oportunidad de juntarse individualmente con algunos de ellos varias veces por semana, y enseñarlos a estudiar la Palabra. Esto es una tarea vital para el progreso de la obra.
Otra de las tareas que recae en este grupo es la de resolver conflictos que surgen en la iglesia. Este es un tema delicado ya que requiere un entendimiento profundo de la cultura para poder ayudarles a discerner lo que la Palabra de Dios enseña, que en ocaciones puede ser contracultural. La disciplina de la iglesia es un tema del que conocen poco o nada, y no se ha llevado a cabo. Hay casos muy tristes de personas que asisten a las reuniones de la iglesia pero su conducta en nada se parece a la de un seguidor de Jesús. Lamentablemente eso ha contribuido a que algunos no quieran escuchar el evangelio. Necesitamos de mucha sabiduría y gracia para enseñar a los varones a servir y dirigir en esta área.
Él es Bosco, uno de los 6 varones. Enseñar en Tok Pisin, el idioma nacional, añade una capa más de dificultad.
Tristemente, la iglesia Nakanai se distingue por su falta de amor unos por otros, y en este caso las mujeres llevan la delantera. Dios les ha dado una participación muy importante a las mujeres de ser ese pegamento que une familias y crea un ambiente de armonía, amor y cuidado del cual carece esta iglesia. Una continua queja que escuchamos entre ellas es que no confían las unas en las otras. Constantemente se expresan críticas, rumores y quejas. Esto también ocasiona que ninguna de ellas quiera servir en la iglesia por miedo a la desaprobación de las otras. Una situación muy lamentable.
Claudia ha intentado juntar algunas mujeres para discipularlas, pero solo 3 han sido constantes. Con ellas ha iniciado un estudio enfocado a enseñarles de la Palabra la importancia del amor que debemos tener los unos por los otros y cómo esto es una evidencia indiscutible de que somos discípulos de Cristo. La intención final es capacitarlas para que ellas enseñen y discipulen a otras. La tarea lejos de ser fácil ha estado llena de obstáculos. Aun en este pequeño grupo de 3, no existe el amor y la confianza entre ellas. Las mujeres aún preferirían por mucho que Claudia fuera la que enseñara a todas las demás en lugar de ellas; eso les evitaría ser criticadas o juzgadas por otras, ademas de evitarles una carga de trabajo. Pero hacer el trabajo por ellas lejos de ayudarlas las frenaría en su crecimiento, como ha pasado hasta ahora.
Florence, a la der., es una de las 3 mujeres que se reúnen con Claudia. Es esposa de Bosco y hace unas tortillas de harina deliciosas. A la izq. esta su hija, Jaira.
Constantemente nos recordamos que esta tarea que el Señor ha puesto en nuestras manos, será finalmente completada no por nuestro esfuerzo que de ninguna manera sería suficiente, sino por su promesa de terminar la obra que Él ha comenzado en cada uno de sus hijos. Los creyentes Nakanai pertenecen al Señor, sin embargo después de entender que han sido salvos por gracia por la obra de Cristo, poco han comprendido sobre como se vive la vida Cristiana, o como Pablo lo expresa, andar en novedad de vida (Rom. 6:4).
La iglesia Nakanai
Hay algo más que nos mantiene ocupados y nos ha causado estrés, el aprendizaje del idioma Nakanai, y por lo cual les pedimos que oren por nosotros. Pero ese tema, las ventajas y desventajas que lo rodean, tendrá que esperar para otra carta.
'Copra' es una de las actividades económicas más importantes en la región. Consiste en secar la pulpa del coco y venderla por kilo. Nosotros empezamos aprendiendo Nakanai con las partes del coco. ''Ale la liu'', significa ''este coco''.
Por último, no queremos despedirnos sin agradecerles y mencionarles lo importante que son sus oraciones. En todo y para todo dependemos y necesitamos de la gracia de Dios para poder servir a otros y reflejar a Cristo. La obra es Suya, y como sus obreros la oración es el medio de gracia que el Señor ha provisto para que clamemos a Él y le veamos hacer lo que nosotros no podemos. Damos testimonio de que el Señor ha obrado y respondido a muchas de sus oraciones, aunque seguramente de muchas otras no somos conscientes. Un día veremos que nada de lo que hicimos para su gloria fue en vano. Gracias por sostenernos con sus oraciones. Nosotros también oramos constantemente por ustedes, nuestros amados hermanos en la fe.
Les saludamos con mucho amor desde una isla de Papúa Nueva Guinea.
¿Cómo pueden orar?
Por favor oren por el trabajo de discipulado que hacemos entre los Nakanai, que el Señor produzca fruto en sus vidas y en la nuestra.
Oren por la constante batalla que tenemos por el gozo, que aprendamos a ganarla.
Oren para que Dios levante pastores, diáconos y maestros de entre ellos.
Oren para que Dios nos ayude (a nosotros y a ellos) a vivir de una manera digna del evangelio. A ser humildes, a perdonarnos unos a otros, a amarnos, a tener una mente de siervos.
Oren por los niños, para que entiendan y crean las verdades que se les comparte cada domingo. Oren por Darline y por Claudia que son las maestras.
Oren por Isaac, para que el Señor lo use para discipular y animar a los varones a participar en la obra de Dios.
Oren por que Dios nos de mente y fuerzas para aprender el idioma Nakanai y la cultura.
Oren por nuestros hijos, para que conozcan y amen al Señor con todas sus fuerzas. Que el Señor continúe obrando en ellos y transformándolos para su gloria.
Damos gracias por:
Agua caliente para bañarnos.
La lluvia que Dios ha mandado para llenar nuestro tanque de agua.
El brócoli, la coliflor y la maseca que nos llegó desde muy lejos. Verdadera comida exótica por acá.
La provisión de materiales para la escuela de Jacob y Emma.
Dios ha fortalecido nuestro matrimonio.
Por ustedes, que oran, ofrendan y están al pendiente de nosotros.
¡Gracias por servir junto a nosotros!
Por Su misericordia y para Su gloria,
Isaac, Claudia, Jacob y Emma Hernández
Testigos de un Dios vivo en Papúa Nueva Guinea
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